22 abril 2007

El termómetro

El INDEC es el instituto encargado de calcular y publicar las cifras estadísticas que necesita el gobierno argentino para navegar en su peculiar economía, es lo mismo que el INE español solo que este, desde hace unos tres meses, esta siendo noticia casi diaria, y aunque hay que desconfiar enormemente de lo publicado parece que esta ocurriendo algo insólito. Así como en España nadie se cree que la inflación desde la entrada del euro haya sido la que nos cuentan y los periódicos tornaron mudos, aquí tampoco nadie se cree la inflación publicada por el INDEC pero con la diferencia de en Argentina estas cosas ocurren de manera desmesurada, barroca y sí sale en todos los medios de comunicación.

El presidente Kirchner trata de contener una subida de precios "publicada" de un 9% anual, para ello le encarga a un tal Sr. Moreno que aplique sus artes a amenazar a empresarios, productores agropecuarios, distribuidores y supermercados, entre otros. El año pasado pudo mas o menos conseguir ciertas moderaciones con el control de precios. Con la carne está siendo todo un espectáculo; miles vacas se subastaban cada mañana en el mercado de Liniers, Moreno envió a sus emisarios para controlar si los precios medios eran los pactados y poco a poco se fue quedando desierto pues se llevaban las vacas a otra parte y negocian de manera privada cada productor con los mataderos. La carne, como todo lo que se exporta en Argentina se paga a precios internacionales y con un peso devaluado, el empresario prefiere atender el mercado externo que el interno por mucho que saquen la banderas patrias. El dinero puede mas. Vender carne dentro de Argentina es negocio seguro pero atender afuera debe serlo mas, pues no deja de subir y como su consumo es la sangre del país, nadie esta dispuesto a cambiarlo por pollo. Por cierto, el pollo acá no es carne, carne es solo la de la vaca.

Pues bien, un buen día se sabe que dimite la directora del INDEC, parece que el gobierno quería saber que productos y marcas componen la lista (que se supone secreta) relevada mensualmente, con la directora se van otros y se sube un escalón mas en la crisis de los precios sin techo. Como dicen por aquí los analistas, si al presidente y al Sr. Moreno le sube la temperatura, rompen el termómetro. De pronto acceden al instituto estadístico otras personas de confianza rompiendo la tradicional independencia y seriedad del mismo por mucho tiempo pues nadie se fía de lo que publica. La gente va al súper y ve una realidad que nada tiene que ver con las optimistas y maquilladas nuevas cifras sin embargo hay un cierto y comprensible carácter de avestruz pues solo pensar en inflaciones insoportables se despierta uno de los malditos monstruos de historia económica de Argentina. A finales de los ochenta llego a ser del 900% o algo así. En realidad es todo mas complejo pero lo que si se puede afirmar es que es inimaginable excepto para ellos.

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16 abril 2007

El Sur

San Carlos de Bariloche es una ciudad dedicada al turismo, es un enclave curioso pues esta alejado de todo lo demás por mas de mil kilómetros excepto de los pueblos aledaños, lagos y las montañas. Casi siempre esta en temporada alta, cuando no hay viajes de estudios, hay turistas de todo el mundo. Se puede navegar, esquiar, pescar, volar y conducir por parajes increíbles, pues hasta que no lo ves , no te lo crees.

Son los siete lagos hasta San Martín de los Andes, son las cumbres nevadas, el Nahuel Huapi que baña rincones idílicos, incluido Bariloche que aunque ya esta empezando a enfermar de desarrollo turístico, tiene la capacidad de atraer a mucha gente pues es el centro logístico que provee a montones de gentes que abandonaron otros mundos y se refugiaron en la naturaleza pura y dura, según se mire. Lo que mas alucina es la infinita inmensidad de parajes salvajes de montañas, pinos, abetos, lagos y ríos. Es inabarcable, sobretodo para alguien salido de una isla de ochenta kilómetros pues solo llevábamos seis meses cuando fuimos.

A veinticinco kilómetros de Bariloche hay un hotel impresionante entre dos lagos y 18 hoyos de verde brillante, es el Llao Llao. Todo en madera al mas puro estilo medio alemán del lugar y con lujos variados para el que quiera eso. Si uno desea la intimidad de seis habitaciones, sentirse y comer como en casa y el trato especial de Gonzalo ha de alojarse en La Posada Los Juncos. Esta de camino frente al lago. Desde ahí la recomendación obligada es alquilar un coche y en diferentes días visitar Villa la Angostura, recorrer el circuito chico, ir hasta San Martín de los Andes, El Bolsón, el Bosque de los Arrayanes, Cerro Catedral, Villa Traful y un largo etcétera de rincones.

El Sur es todo desde río colorado hacia abajo, cuando alguien viene de ese viaje, dice: "vengo de El Sur", como si fuese un pequeño lugar pero en realidad tiene el tamaño de dos Españas. Dicen que cuando uno va en coche al Sur cruzando los hostiles parajes de la Patagonia, los paisajes, hasta llegar a las montañas, son tan homogéneos y aburridos que se puede sentir no ir a ningún lado, estar en una cinta sin fin, quieto e inmóvil mientras el coche avanza por rutas rectas infinitas. Debe ser una sensación interesante la de creer estar parado sin ir. La mitología patagónica esta embebida de lejanía, soledad y mucha ensoñación pero el viento y plantas similares al carritx pueblan llanuras y leves colinas durante distancias casi insalvables queriendo arrebatar ese sueño de abandono. Aunque bien pensado uno no sabe si esta en manos de la nada o es la toda naturaleza preservada.

El único animal domestico famoso por este sur es la oveja patagónica. Que nadie se engañe queriendo saborear el aquí famoso cordero patagónico, viniendo de España todo cordero es prescindible a la hora de comérselo. Mejor comer salmon, trucha, embutidos y cervezas artesanales.

Los auténticos fanáticos de sur mas desconocido y bello no van a esos lugares, viajan a rincones mas escondidos, fincas casi secretas y ríos donde pescan salmones y paz.

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09 abril 2007

El tango y su verso

Es imposible seguir escribiendo sobre Buenos Aires sin hablar mas del tango. Su música es conocida, se reconoce en cualquier parte del mundo y posee fanáticos de casi todas las razas y Buenos Aires esta lleno de extranjeros que vienen aposta y enloquecen con los compases y armoniosas melodías que empujan a buscar pareja en las milongas ( lugares donde la gente va a bailar únicamente Tango). Por cierto, un buen lugar para saber mas en Internet es todotango.com.

La música esta llena de magia y ya de por si es suficientemente elocuente pero como les gusta llegar al extremo le añaden poesía fascinante y cortante en forma de letras inolvidables, impregnadas de espíritu porteño. Me voy a dar el lujo de copiar y pegar fragmentos de algunas estrofas escogidas pues, aparte de recomendar autores e interpretes, es la única manera de tratar de transmitir una pasión porteña mas.

Cambalache

¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...

Música y letra: Enrique Santos Discepolo

Uno

Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...
Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor,
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...
Precio de castigo que uno entrega
por un beso que no llega
a un amor que lo engañó...
¡Vacío ya de amar y de llorar
tanta traición!

Música: Mariano Mores
Letra: Enrique Santos Discepolo

Yira, Yira

Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.

Música y letra: Enrique Santos Discepolo

Margot

Yo recuerdo, no tenías casi nada que ponerte,
hoy usas ajuar de seda con rositas rococó,
¡me reviente tu presencia... pagaría por no verte...
si hasta el nombre te han cambiado como has cambiado de suerte:
ya no sos mi Margarita, ahora te llaman Margot!

Música: José Ricardo / Carlos Gardel
Letra: Celedonio Flores


Como contrapunto parece divertido contar que por donde quiera que vayas siempre suena Sabina, un apasionado de Buenos Aires y que en sus letras aparece la ciudad como escenografita de sus, en cierta medida, tangos, pues las letras destilan similares pasiones frustradas. Cuando Sabina canta: "...que poco rato dura la vida eterna / por el túnel de tus piernas / entre Córdoba y Maipú..." , se refiere a un cruce de calles de la capital y cuando habla en la misma canción del Luna Park esta refiriéndose a un mítico e inmenso local por donde han pasado las mas grandes figuras del boxeo y la música. El delirio por Sabina se convierte en locura cuando decide venir a cantar al Gran Rex y le obligan casi a punta de navaja a prolongar los conciertos donde tres meses antes se agotan las entradas.

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01 abril 2007

Delivery y prohibiciones

Delivery es la palabra usada siempre para describir gran parte de la dieta argentina. Tu que comes por las noches? Yo, delivery, obvio!. Se pueden encargar para que te lo sirvan a domicilio media docena de empanadas, una bandeja de sashimi y nigiri, pizzas de toda clase (incluso a la parrilla), carne recién hecha a las brasas, pollos asados, pasta, la compra del súper y muchas cosas mas. Todo se puede pedir levantando el auricular del teléfono y algunas veces hasta por Internet. Las neveras de los hogares están repletas de los infaltables imanes con el teléfono de los restaurantes, verdulerías, carnicerías del barrio.

Lo más cómodo es no haber cargado con la pesada compra del supermercado nunca en casi cuatro años. Creíamos que no se podía, que era la insalvable penitencia de todo hijo de vecino con algo de hambre pero en Buenos Aires es posible a cambio de una simple propina. Es una de las estampas porteñas de los barrios donde hay un "súper" cerca, el chico uniformado del establecimiento arrastrando por la acera una torre de cestas de plástico con las compras de barrio. Uno se va a casa con las manos vacías y el chico, al cabo de unas horas, te coloca en la cocina la compra dividida por secciones. Eso si, los días de mucho calor conviene llevarse los helados en la mano. Se puede no salir de casa en meses y no morir mas que de aburrimiento.

Hay otras clases de delivery : Puedes encargar los últimos programas pirateados, los recientes estrenos en DVD, un chico que te arregle el desaguisado del Windows, el taxista que te toca al portero para decirte que ya esta abajo y por si fuera poco, si no hay reparto a domicilio uno se lo fabrica llamando a un taxi para que vaya a buscar casi cualquier cosa, aunque es mas caro.

La cocina hogareña es muy pobre en general, es curioso observar que la tradición española e italiana de centrar gran parte de la vida alrededor de una mesa repleta de suculenta cocina casera se perdió en los viajes transatlánticos de los últimos siglos. Será la llamada de la calle que lo provoca, una febril vida de puertas para fuera y no quedan tiempo y ni ganas. Para esto están los restaurantes, siempre repletos.

Ahora que se avecinan malos tiempos para los fumadores, ya que el otoño asoma y no se puede comer en las terrazas, será una buena ocasión para poner a prueba los buenos lugares con entrega a domicilio o ponerse a cocinar. Si, en Buenos Aires, en la capital no se puede fumar dentro de ningún local. La ley salio en Octubre del año pasado y nadie se explica como esta norma se cumple escrupulosamente. Para explicar la extrañeza hay que remontarse a dos años atrás cuando de pronto salio una norma (que ya existía por cierto) que obligaba al uso del cinturón de seguridad, esas dos semanas fueron memorables, los taxistas te decían que te lo pusieses con la palabra o a base de letreritos (les encanta a los argentinos poner letreros por todo), pues parecía que por fin la gente se ponía de acuerdo en cumplir algo. Ahora, ¿quién se acuerda? Nadie. Todo sigue como antes.

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