El termómetro
El INDEC es el instituto encargado de calcular y publicar las cifras estadísticas que necesita el gobierno argentino para navegar en su peculiar economía, es lo mismo que el INE español solo que este, desde hace unos tres meses, esta siendo noticia casi diaria, y aunque hay que desconfiar enormemente de lo publicado parece que esta ocurriendo algo insólito. Así como en España nadie se cree que la inflación desde la entrada del euro haya sido la que nos cuentan y los periódicos tornaron mudos, aquí tampoco nadie se cree la inflación publicada por el INDEC pero con la diferencia de en Argentina estas cosas ocurren de manera desmesurada, barroca y sí sale en todos los medios de comunicación.
El presidente Kirchner trata de contener una subida de precios "publicada" de un 9% anual, para ello le encarga a un tal Sr. Moreno que aplique sus artes a amenazar a empresarios, productores agropecuarios, distribuidores y supermercados, entre otros. El año pasado pudo mas o menos conseguir ciertas moderaciones con el control de precios. Con la carne está siendo todo un espectáculo; miles vacas se subastaban cada mañana en el mercado de Liniers, Moreno envió a sus emisarios para controlar si los precios medios eran los pactados y poco a poco se fue quedando desierto pues se llevaban las vacas a otra parte y negocian de manera privada cada productor con los mataderos. La carne, como todo lo que se exporta en Argentina se paga a precios internacionales y con un peso devaluado, el empresario prefiere atender el mercado externo que el interno por mucho que saquen la banderas patrias. El dinero puede mas. Vender carne dentro de Argentina es negocio seguro pero atender afuera debe serlo mas, pues no deja de subir y como su consumo es la sangre del país, nadie esta dispuesto a cambiarlo por pollo. Por cierto, el pollo acá no es carne, carne es solo la de la vaca.
Pues bien, un buen día se sabe que dimite la directora del INDEC, parece que el gobierno quería saber que productos y marcas componen la lista (que se supone secreta) relevada mensualmente, con la directora se van otros y se sube un escalón mas en la crisis de los precios sin techo. Como dicen por aquí los analistas, si al presidente y al Sr. Moreno le sube la temperatura, rompen el termómetro. De pronto acceden al instituto estadístico otras personas de confianza rompiendo la tradicional independencia y seriedad del mismo por mucho tiempo pues nadie se fía de lo que publica. La gente va al súper y ve una realidad que nada tiene que ver con las optimistas y maquilladas nuevas cifras sin embargo hay un cierto y comprensible carácter de avestruz pues solo pensar en inflaciones insoportables se despierta uno de los malditos monstruos de historia económica de Argentina. A finales de los ochenta llego a ser del 900% o algo así. En realidad es todo mas complejo pero lo que si se puede afirmar es que es inimaginable excepto para ellos.
El presidente Kirchner trata de contener una subida de precios "publicada" de un 9% anual, para ello le encarga a un tal Sr. Moreno que aplique sus artes a amenazar a empresarios, productores agropecuarios, distribuidores y supermercados, entre otros. El año pasado pudo mas o menos conseguir ciertas moderaciones con el control de precios. Con la carne está siendo todo un espectáculo; miles vacas se subastaban cada mañana en el mercado de Liniers, Moreno envió a sus emisarios para controlar si los precios medios eran los pactados y poco a poco se fue quedando desierto pues se llevaban las vacas a otra parte y negocian de manera privada cada productor con los mataderos. La carne, como todo lo que se exporta en Argentina se paga a precios internacionales y con un peso devaluado, el empresario prefiere atender el mercado externo que el interno por mucho que saquen la banderas patrias. El dinero puede mas. Vender carne dentro de Argentina es negocio seguro pero atender afuera debe serlo mas, pues no deja de subir y como su consumo es la sangre del país, nadie esta dispuesto a cambiarlo por pollo. Por cierto, el pollo acá no es carne, carne es solo la de la vaca.
Pues bien, un buen día se sabe que dimite la directora del INDEC, parece que el gobierno quería saber que productos y marcas componen la lista (que se supone secreta) relevada mensualmente, con la directora se van otros y se sube un escalón mas en la crisis de los precios sin techo. Como dicen por aquí los analistas, si al presidente y al Sr. Moreno le sube la temperatura, rompen el termómetro. De pronto acceden al instituto estadístico otras personas de confianza rompiendo la tradicional independencia y seriedad del mismo por mucho tiempo pues nadie se fía de lo que publica. La gente va al súper y ve una realidad que nada tiene que ver con las optimistas y maquilladas nuevas cifras sin embargo hay un cierto y comprensible carácter de avestruz pues solo pensar en inflaciones insoportables se despierta uno de los malditos monstruos de historia económica de Argentina. A finales de los ochenta llego a ser del 900% o algo así. En realidad es todo mas complejo pero lo que si se puede afirmar es que es inimaginable excepto para ellos.
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