Un idioma, dos lenguas
Se supone que es el mismo idioma pero frecuentemente no se entiende. El argentino utiliza muchas palabras incomprensibles para el español recién llegado que se inicia en las relaciones sociales. Poco a poco se va aprendiendo a base de preguntar, escuchar y suponer, de vez en cuando el porteño te susurra una traducción rápida, sobretodo los primeros meses, al cabo de dos años ya casi nadie te traduce, suponen que ya las has aprendido y mas te vale.
El lunfardo es uno de los orígenes, este dialecto nació como una lengua en clave en los ambientes populares y carcelarios, formaba parte del vocabulario mestizo que fue mezclándose con el italiano, español, vocablos corrompidos de cualquier origen y pequeñas dosis de francés e inglés. Vocablos muy concretos ya son de uso común pero siempre dependiendo de lo refinado que sea o quiera mostrarse el porteño. La conocida palabra "quilombo" a veces es pronunciada al reves (vesre) "bolonqui" que es como retorcer el secreto de su significado o darle un matiz menos serio y esta, en la penumbra de la zona prohibida de los vocablo no finos.
Un ejemplo nada rebuscado sería este; un chico le comenta a su amigo:
- Che Boludo, el otro día me levante a esa mina. ¿Cual? dijo el otro y señalando un grupo de chicas que bailaban en la pista dijo: - Esa, la petisa de la pollera bordó, la que se hace la canchera. - Ah si!, dijo el amigo, es repiola pero es una cheta.
Boludo, sólo en este caso, puede ser tío, colega....Levanté es ligué, mina es tía, petisa es bajita, pollera es falda, bordó es granate, canchera puede ser enrollada, chula..., repiola es muy despierta o viva y cheta es pija y esta última, por cierto, es una muy mala palabra o palabrota aquí.
Los mejores momentos llegan con la conocida palabra coger que aquí es mantener relaciones sexuales completas, por decirlo de alguna manera. No puedes decir, como nos ocurrió un día al principio:
"...Ayer vimos como unos policías corrían detrás de unos ladrones en plena calle y al final los cogieron". Nos contestó el amigo: "... de la policía argentina se puede uno esperar cualquier cosa".
Se hace complicado evitar decir la palabra coger y sustituirla por tomar o agarrar. La suerte es que no pasa nada porque debido al acento saben que eres gallego, es decir, español.
El lunfardo es uno de los orígenes, este dialecto nació como una lengua en clave en los ambientes populares y carcelarios, formaba parte del vocabulario mestizo que fue mezclándose con el italiano, español, vocablos corrompidos de cualquier origen y pequeñas dosis de francés e inglés. Vocablos muy concretos ya son de uso común pero siempre dependiendo de lo refinado que sea o quiera mostrarse el porteño. La conocida palabra "quilombo" a veces es pronunciada al reves (vesre) "bolonqui" que es como retorcer el secreto de su significado o darle un matiz menos serio y esta, en la penumbra de la zona prohibida de los vocablo no finos.
Un ejemplo nada rebuscado sería este; un chico le comenta a su amigo:
- Che Boludo, el otro día me levante a esa mina. ¿Cual? dijo el otro y señalando un grupo de chicas que bailaban en la pista dijo: - Esa, la petisa de la pollera bordó, la que se hace la canchera. - Ah si!, dijo el amigo, es repiola pero es una cheta.
Boludo, sólo en este caso, puede ser tío, colega....Levanté es ligué, mina es tía, petisa es bajita, pollera es falda, bordó es granate, canchera puede ser enrollada, chula..., repiola es muy despierta o viva y cheta es pija y esta última, por cierto, es una muy mala palabra o palabrota aquí.
Los mejores momentos llegan con la conocida palabra coger que aquí es mantener relaciones sexuales completas, por decirlo de alguna manera. No puedes decir, como nos ocurrió un día al principio:
"...Ayer vimos como unos policías corrían detrás de unos ladrones en plena calle y al final los cogieron". Nos contestó el amigo: "... de la policía argentina se puede uno esperar cualquier cosa".
Se hace complicado evitar decir la palabra coger y sustituirla por tomar o agarrar. La suerte es que no pasa nada porque debido al acento saben que eres gallego, es decir, español.
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